29.4.10

Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo

Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si tú no fueras tú.
Podríamos haber ido juntos de viaje, por que tú no tendrías miedo a volar. Hablarías inglés y me enseñarías a conducir. Nos emborracharíamos juntos porque mi familia te caería bien.

Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si yo no fuera tú.
Yo dejaría de formar parte de tu vida y tú no serías responsable de mis errores. No te verías obligado a responderme siempre, porque ya no sería parte de ti. Yo dejaría de tener tus miedos.

Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si yo no fuera yo.
Tú no te preocuparías por mi porque sería parte de otro. Viviríamos en países diferentes y nunca nos conoceríamos porque yo heredé tu miedo a volar y nunca aprendí a conducir.

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Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo es una novela directa y sencilla. Tan fácil de leer que parece escrita en una tarde. Cómo sentarse en una terraza para hacer el café y levantarse a la hora de cenar. Sin darte cuenta del tiempo y de todo lo que pasa a tu alrededor. La novela con el título más largo que he leído, se convierte de repente en un libro básico para dejar, regalar, recomendar y hablar, hablar mucho de él.
Después de leerla, descubro una idea que me obsesionaba, y que Espinosa resuelve en forma de autopsia. Después de todo, no puedo sino envidiarle y dejarlo en la estantería de libros que merecen más de una lectura. Al lado de El Principito.

24.4.10

Continuará

Las historias se digieren mejor cuando finalizan. Nadie puede disfrutar de nada que está viviendo en directo si no lo graba al mismo tiempo para la posteridad. ¿Cómo será recordado todo esto?
Por si acaso voy a guardarme la entrada del concierto, el posavasos que manoseaba o la chapa de la última cerveza. Guardamos recuerdos en directo para montar la película después. Y sólo después, mientras reconstruimos nuestros pasos, podemos valorar de cierto o falso lo que fue.
Por eso nos dirigimos y nos corregimos en función de los recuerdos, porque a nadie le gusta repetir una mala película, no se permite improvisar. Cuando todo acaba puedes recordar tu vida como si fuera ajena a ti. Intentar que sea apta para todos los públicos y maquillar los detalles para que no acaben mal.
Tenemos miedo de los malos finales, cuando en realidad, lo que es insoportable es lo que (todavía) no termina.