En esa misma semana, los cortes se repitieron en todos los canales. Siempre duraban tres o cuatro segundos, a veces más, pero nada que un toque en el lomo del descodificador no pudiera solucionar.
La familia vivía y disfrutaba de su televisor con gran entrega y devoción. Embelesados la miraban y la degustaban mientras desayunaban, comían y cenaban; hasta que aparecía otro corte. Entonces, se levantaba el padre, pasaba la mano por las zonas erógenas del televisor y provocaba que la imagen volviera tímidamente. Cuando no era suficiente con meter mano, la madre se levantaba y comenzaba a pasear por delante de la pantalla. Como una modelo profesional a veces se quedaba quieta como un maniquí y después volvía a repetir su danza de la lluvia hasta que todo volvía a la calma.
La imagen y el sonido volvían sumiendo a toda la familia en sus ruidos mientras les conducía con un largo balanceo hasta la hora de dormir.La familia vivía y disfrutaba de su televisor con gran entrega y devoción. Embelesados la miraban y la degustaban mientras desayunaban, comían y cenaban; hasta que aparecía otro corte. Entonces, se levantaba el padre, pasaba la mano por las zonas erógenas del televisor y provocaba que la imagen volviera tímidamente. Cuando no era suficiente con meter mano, la madre se levantaba y comenzaba a pasear por delante de la pantalla. Como una modelo profesional a veces se quedaba quieta como un maniquí y después volvía a repetir su danza de la lluvia hasta que todo volvía a la calma.
Una mañana la televisión se despertó con el primer café con leche de la hija mayor y continuó encendida hasta la hora de la comida. Pero durante la siesta, con media familia dormitando en el sofá, comenzó el desastre. La pantalla comenzó a tartamudear, y se fundió a negro con otro No signal con letras brillantes.
El silencio duró dos minutos antes de que nadie se atreviera a romperlo. El padre carraspeó, la madre miró a su alrededor y se revolvió incómoda en el sofá. No tuvieron más remedio que mirarse el uno al otro para descubrir que hacía muchos telediarios que no se querían.