24.10.09

Guantánamo Greatest Hits

Pearl Jam, Rage Against The Machine y R.E.M. exigen a la Administración de EEUU la lista de las canciones utilizadas en los interrogatorios de Guantánamo.
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- Born in the U.S.A. a mi me parece suficiente cruel.
- No, no. Puede que le guste, mejor ponle una balada.
- O mejor, una de Wagner, nunca falla.
- ¿Qué estás diciendo?¿Tienes algo contra la música clásica? Estoy harto de que uséis siempre el mismo disco.
- ¡Tranquilos! Voy a poner la peor, y se acabó la discusión.
- Joder, será demasiado incluso para él.
- ¿Estás de coña? Es un asesino, se merece eso y mucho más.


Al otro lado de la pared, un condenado mudo no pudo avisarles de su error. El hombre, sordo de nacimiento, no supo de qué se le acusaba y mucho menos sospechaba su tortura. El soldado sacó la funda de vinilo más amarillenta y en un gesto rápido puso el tocadiscos y dejó la portada del revés encima de la mesa mientras se dirigía hacía la puerta que comunicaba ambas salas.
El hombre sordo que no entendía nada, vió el primer título escrito en la contraportada y comenzó a llorar. Con el vinilo girando a 45 revoluciones, se acercó al disco y acarició los surcos de todas las canciones. Aquello era lo más cerca que estaría de Imagine.


- Miradlo como se derrumba.
- Sí, sin duda ésta es la peor canción para morir.

4.10.09

Abraham Boba

Abraham es según la Religión judía, cristiana e islámica uno de los patriarcas del pueblo de Israel. Abraham significa «padre/dirigente de muchos/errantes», nombre que se le da en la tradición porque se cree que fue él el que inició la colonización progresiva de tribus hebreas en Canaán.

Lo que no cuenta la Biblia es que en su primer disco se fugó de Alcatraz y conoció a la mujer del año. Fue un turista feliz entre las masas y contó La historia del otro en primera persona.
Tampoco cuenta que, mientras guiaba la colonización, fue pianista.

Cuando uno lo ve tocar, parece que se vaya a levantar de un momento a otro para cantar de pie, dejando los dedos pegados al piano. Pero aunque siga sentado no deja de moverse, y mientras canta avanza peldaños como si tuviera teclas en la lengua. Es como si todo su cuerpo marcara el mismo ritmo; un balanceo agradable que llega y permanece durante largo tiempo.

Después de escuchar una canción te deja una sensación extraña en la garganta. Como si tuvieras un sabor nuevo, masticas con cuidado para hacer que dure el doble, pero se acaba rápido.
Por eso, después del primer disco, apareció la Educación, que se agarra a los oídos y no se deja nunca. Los buenos modales del disco te hacen ceder el asiento en el autobús y ayudar con la compra a las ancianas, casi te hace mejor persona.

Pero en los dos discos sigue faltando la canción que reviente y desborde todas lo demás. Una canción que se vuelva loca sin que Abraham la ate al piano. Esperemos que la tenga en el cajón para futuros discos.