14.2.11

Manifiesto



Un bafle en mal estado.
El sonido salía de una sola boca metálica que temblaba. La redecilla subía y bajaba soplando en la nuca.
Un unplugged sin salir de casa - pensó.
Qué suerte. Lo tengo justo detrás. Lo tengo pegado a la nuca.
Manoseó las entradas que acababa de comprar. Cerró los ojos de gusto y volvió a abrirlos mientras respiraba hondo.
El bafle que no funcionaba le estaba dando toda la voz directa a un sólo canal, casi en directo. Incluso escuchaba ahora matices que hasta entonces le tapaba la batería o los coros de niñas.
Volvió a cerrar los ojos y a cantar a la par.
En toda la canción no se había girado ni un momento. Inmóvil en la silla, de espaldas a la boca metálica que le escupía con fuerza la voz sin arreglos, sin adornos.
Hasta que saltó el CD y apareció una canción nueva, directa a su nuca. Quiso levantarse, pero la letra ya le había inmovilizado. Si es una broma, no tiene gracia - pensó.
No fue hasta que acabó, que pudo girarse para ver que la minicadena estaba apagada desde las 7:27, la hora parpadeante en la que se fue la luz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario