17.8.09

Bob Dylan detenido por vagabundo en un pueblo de Nueva Jersey

Se despertó cuando la lluvia le caló las botas, pero ya era tarde, cuando se incorporó en el banco se dio cuenta de que estaba empapado.
Eligió el árbol más frondoso para resguardarse del temporal y permaneció pegado al tronco hasta que lo vio. Andando con paso lento y unas gafas oscuras miraba distraído el horizonte y parecía no importarle que la lluvia le empapara el sombrero.
Conocía muy bien ese perfil, la portada de su vida se acercaba hacia él sin advertir su presencia. Comenzó a tararear Rainy day woman y se fue llenando de ira mientras le veía caminar. Cuando llegó a la altura del árbol, le hizo una señal para que se acercara y le preguntó si The times they are a-changing. El hombre sonrió y le dijo que sí, efectivamente todo cambiaba, y él no era una excepción.
Parece que la respuesta le enfadó aun más porque de repente se acordó de que aquel hombre que fue capaz de escribir Blonde on Blonde (el disco que más veces había oído en su vida), ahora se dedicaba a escribir villancicos y a hacer anuncios para la televisión.
El hombre intentó excusarse, pero ya era tarde, vio volar un puño que no pudo esquivar y luego otro más, hasta acabar en el suelo. Pero no podía parar aquella lluvia, ni tampoco a aquel hombre que cantaba Hurricane mientras le apaleaba.
Le robó el sombrero y las gafas de sol, que habían saltando al suelo con el primer golpe, le palpó el pecho para buscar su cartera y se quedó con su carné de identidad. Salió corriendo y desapareció entre la lluvia.
Cuando un vecino de Long Branch denunció su presencia, le tocó acercarse a la agente Kristen Buble. Aquella muchacha era fácil de engañar...

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